El 12 de abril a través de un comunicado sencillo, el Gobernador de Caldas Luis Carlos Velásquez confirmó lo que horas antes era secreto a voces: la petición de renuncias protocolarias a todos sus secretarios de despacho y gerentes de entidades descentralizadas.
Un mes después, del grupo del denominado gabinete departamental ninguno ha salido de su cargo y en contraposición de forma “silenciosa” se presenta una barrida de jefes de unidad y funcionarios de mediano nivel directivo que con varios años en el cargo recibieron la llamada de su inmediato superior o una escueta carta notificándoles que no van más en sus empleos.
El diario La Patria tomó en serio las denuncias laborales de varios de los afectados y en su artículo “Declaran insubsistentes a mandos medios. Gente en movimiento en la Gobernación”, reveló detalles de las movidas a todas luces políticas que se cocinan por estos días no solo desde el despacho del Gobernador Luis Carlos, sino en altas esferas de la política partidista comenzando por el clan Lizcano que con su nuevo partido “GENTE EN MOVIMIENTO”, busca a como de lugar fracturar las alianzas departamentales de cara a la selección y posterior apoyo del candidato de este partido lizcanista para las elecciones de octubre.
Hoy en Caldas hay inestabilidad institucional.
En Empocaldas por ejemplo han sacado a no menos de 5 funcionarios incluida la secretaria general, y rodaron las cabezas de los administradores seccionales en Viterbo, Belálcazar y Salamina.
En la Dirección Territorial de Salud rodó la cabeza del líder de prensa a quien le dijeron que la “instrucción” de su retiro había llegado desde los pasillos del Congreso de la República.
En InfiCaldas igual y ni que decir en varias secretarías de la Gobernación como por ejemplo en la secretaría de deportes en donde al que no renuncie tras no acatar la directriz política de unirse a gente en movimiento, lo despojan de sus funciones como le ocurrió al jefe de la unidad de actividad física.
Y ojo que de las famosas renuncias protocolarias jurídicamente ya nada queda. De acuerdo con el Decreto 1083 del 2015 en este caso los secretarios de despacho después de presentar la renuncia, (12 de abril) la aceptación de estas por el nominador (Gobernador) debía darse ser dentro de los 30 días siguientes. Si el nominador le acepta la renuncia después de dicha fecha se entiende dicho acato como ineficaz. Es decir, este 12 de mayo esas renuncias quedaron sin efecto legal.
Ante el panorama político tan turbio, Luis Carlos seguirá a la espera de “humo blanco” sobre alianzas de sus jefes Lizcanistas.
Mientras esto no ocurra las “cartas de insubsistencia” serán al mejor estilo de la inquisición, la única de forma de que la gente en el palacio amarillo se ponga en movimiento.
Y faltan muchos viejos aliados del Gobernador que verán salir sus cuotas burocráticas: en capilla están por ejemplo alfiles conservadores, simpatizantes de los dirigentes de la U y una larga lista de contratistas y cargos de libre remoción en la Licorera de Caldas.